Notas
Salario promedio de funcionarios públicos hoy es de G. 5.300.000
En los últimos tres periodos de Gobierno, en los que pasaron por la presidencia Nicanor Duarte Frutos, Fernando Lugo – Federico Franco y actualmente Horacio Cartes, el salario promedio calculado por cada funcionario público se incrementó en 202,8%, según el estudio realizado por la Presidencia de la República.
En el 2003, el sueldo promedio era de G 1.750.000. Esta cifra aumentó durante el mandato de Duarte Frutos, llegando a G 2.260.000. En la época de Fernando Lugo-Federico Franco, el salario se duplicó y alcanzó la suma de G 4.726.000. Hoy, el promedio salarial es de G 5.300.000.
Al igual que el crecimiento del fondo destinado al salario de funcionarios del Estado, el estudio también revela que la cantidad de empleados estatales desde el 2003 al 2013 se expandió en un 50%, generando un incremento de seis veces más en el gasto de servicios personales, totalizando la suma de US$ 2.500 millones.
CONTRATACIÓN MASIVA
La masiva contratación de funcionarios dentro de instituciones públicas, revelada por la propia Presidencia de la República hace tres semanas, motiva a preguntarse ¿cuáles son las exigencias para ingresar a un ente estatal frente a hacerlo en una empresa privada? De acuerdo a datos proveídos por Letizia Amarilla, consultora asociada a la firma Initiative Consultores, existen mayores requisitos y controles en las empresas privadas, mientras que en las públicas no.
Entre las diferencias más resaltantes podemos mencionar la manera de acceder a un puesto público, que en la mayoría de los casos se logra a través de una ayuda política o de un “padrino” bien posicionado dentro de la empresa estatal. Sin embargo, este hecho no es considerado válido en el sector privado, ya que para ocupar una vacancia, el candidato debe demostrar su talento y competir con personas de capacidades similares.
Otro de los beneficios que ofrecen las instituciones públicas y no así las privadas son la flexibilidad de marcación de entrada y salida, horario laboral de seis horas, menos control de desempeño y un salario base más bonificaciones, que van en aumento anualmente (ver info).
SECTOR PRIVADO EXIGENTE
Al respecto, Amarilla manifestó que las empresas privadas son más exigentes en varios aspectos y que para la contratación no prevalecen los famosos “conocidos”, sino la capacidad. Asimismo, explicó que normalmente, en una firma privada, el horario laboral va desde las 8:00 hasta las 18:00, y, en algunos casos, los sábados se trabaja hasta el mediodía.
“Otra diferencia frente a un ente público es la dificultad de salir antes de la hora exigida. Tampoco se puede llegar tarde o marcar y salir de vuelta, todo esto está controlado, registrado y si no es así, de igual forma se nota si un funcionario no está realizando su trabajo como corresponde y este es recriminado luego”, detalló la profesional.
SECTOR PÚBLICO
Desde el sector público, el ministro de la Función Pública, Humberto Peralta, reconoció que hay varias diferencias entre las exigencias aplicadas en una entidad privada y una pública.
Peralta dijo que el sector privado busca gente idónea, en la que prevalezca el conocimiento y la capacidad, sin embargo, en una entidad pública solo se pide el título y certificado de estudio como requisitos para ocupar la vacancia. “Para contratar gente en el sector privado se hace medición de competencia, en cambio, en el sector público tenemos que mirar los papeles. Recuerdo que un viceministro de Tributación se hacía llamar como ingeniero, pero nunca presentó su título, él firmaba y cobraba como tal, hasta que fue denunciado y expulsado del cargo”, explicó.LA NACION.
PUBLICIDADE:
-
Nacional1 semana hace
5.000 becas universitarias del Gobierno: ¿qué cambios se contemplan para la convocatoria 2025?
-
Internacional1 semana hace
Programa ayuda a jóvenes a cursar estudios terciarios y apunta a crecer en Latinoamérica
-
Notas2 semanas hace
Alianza para reforzar la transparencia y lucha contra la corrupción
-
Internacional7 días hace
Bom para o agro, ruim para o assalariado? Quem ganha e quem perde com alta do dólar