Notas
Miguel H López: Impuesto a la soja, urgente y necesario
Mirtha Ozuna Alonso
Miguel H. López, catedrático de la Universidad Nacional de Asunción y periodista del diario Última Hora, brindó su opinión acerca de la situación económica y política del país, resaltando la complejidad del desequilibrio entre la macroeconomía y microeconomía, la mezquina distribución de las riquezas y la incompetente gestión del actual mandatario y, por ende, la de sus ministros.
Para reducir el alto nivel de pobreza y mejorar la desigualdad en el país, el periodista mencionó el establecimiento de impuestos, sobre todo el impuesto urgente a la soja, para generar fuentes de trabajos con salarios dignos e invertir desde el Estado en verdaderas políticas sociales y de desarrollo de la producción diversificada.
–¿Qué opina sobre la situación económica actual del país?
–Hay una situación económica preocupante. El desequilibrio entre la macroeconomía y la microeconomía es de alto riesgo, desde el punto de vista en que la concentración de los valores y recursos está dada en un pequeño sector de la población que tiene grandes ingresos y maneja los negocios y las exportaciones, mientras el resto es afectado por una aguda crisis, producto de la inflación que va deteriorando todas las bases económicas de las familias y eso se ve progresivamente en la existencia de casi 2 millones de pobres extremos que no acceden a cubrir necesidades básicas, como comida, salud, educación, vivienda, vestimenta, ocio.
–¿El crecimiento económico se refleja en el nivel de la pobreza?
–A eso me refería cuando decía que hay un desequilibrio entre macroeconomía y microeconomía. Paraguay es primero, segundo, tercer exportador mundial en soja, carne y otros insumos de primer grado, sin embargo la distribución de esa riqueza es mezquina y casi inexistente. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. El poder adquisitivo del guaraní está en caída libre y, sin embargo, los guarismos macroeconómicos que se toman como referencia para definir cálculos, ingresos y egresos, pintan una falsa realidad. Estamos creciendo económicamente, pero en la práctica nos estamos hundiendo cada vez más en la pobreza y pobreza extrema.
–¿Cómo se mejoraría la situación de pobreza?
–Estableciendo impuestos con importante peso sobre actividades productivas que generan mucho ingreso económico para pocas personas que, por el contrario, son hasta subsidiadas por el Estado, como la soja. Generando fuentes de trabajo con salarios dignos y justos para emplear al ejército de desocupados plenos y encubierto existente en el país. En la práctica el subempleo es un desempleo disfrazado de supervivencia. E invertir desde el Estado en verdaderas políticas sociales y de desarrollo de la producción diversificada, recuperando la economía campesina y fomentando mecanismos de inversión y arraigo en el campo. No obstante, mientras persista el modelo económico oligopólico y agroexportador, la pobreza seguirá empeorando.
–¿Cuál es su postura con respecto al impuesto de la soja?
–Es un impuesto urgente, necesario, sería lo más justo. Pero un impuesto equivalente, fuerte, porque es una actividad con muchos ingresos que no deja beneficio sustancial ni real a la economía nacional, más que a los sojeros que además son subsidiados por el Estado, inexplicablemente. Eso implica definir una fuerte política de control para evitar, entre otras cosas, la evasión y el contrabando a los países vecinos.
–¿Cómo ve el entorno de Cartes?
–Vacilante e incompetente. Está desangrando al Estado y vaciando las instituciones de su operativa estatal.
–¿Cómo describiría su gestión?
–Si es con respecto a la economía paraguaya, de modo desastroso. Está pergeñando una política económica empresarista y comercial –del usen y abusen sin control ni costo– con mirada solo hacia el exterior, donde no se incluye al grueso de la población. Su programa de entregar al país al mejor postor extranjero es reflejo de eso. Está privatizando desde el Estado las líneas de acción para desarrollar una economía que saque al país del pozo.
–¿Y de sus ministros?
–Sus ministros sólo esperan que él dé la orden y como él no sabe qué órdenes dar, el Estado está paralizado.
–¿La alianza público-privada beneficiaría al país?
–No. Para empezar, quiebra el equilibrio de poderes y lo concentra en el Ejecutivo que va a ser dispendioso y descontrolado en las decisiones. Tal como se plantea, provocará grandes perjuicios a la economía nacional. Sólo beneficiará a los grandes capitales, las corporaciones y las mafias empresarias. No está pensada para permitir el desarrollo y el progreso económico de la población. Aparte de desplegar un amplio abanico de posibilidades de privatizar y enajenar todo, bienes del Estado y servicios esenciales como la energía, la salud, la educación, etc., los riesgos no los asumirán los inversores sino el Estado, es decir la población paraguaya es la menos beneficiada y ni siquiera el Poder Judicial tendrá jurisdicción, porque se elimina la soberanía jurisdiccional y llevan la definición de los casos a tribunales extranacionales.
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