Notas
La noticia de la visita de Ronaldinho Gaúcho a Paraguay fue llamativa, desde el principio.
VIAJE CON FINAL INESPERADO
E INCÓMODOS PASAJEROS.
La noticia de la visita de Ronaldinho Gaúcho a Paraguay fue llamativa, desde el principio.
A qué venía?
A dar respaldo a las actividades de una entidad benéfica, Fundación Fraternidad Angelical, de cuya existencia poca gente tenía evidencia previa. Y también a presentar un libro, “Genio en la vida” del que, coincidentemente, pocos o nadie tenía evidencia previa. En pocas horas Dinho pasó de héroe a villano, y el libro sigue sin aparecer. Pero eso es lo de menos.
Sin gran expectativa previa, debido a la limitada circulación de la noticia de su visita, llegó el día y, de improviso, las pantallas de los canales de noticias se llenaron con las imágenes de una tumultuosa llegada al aeropuerto más cercano a la ciudad de Asunción, de donde partió en medio de un operativo de seguridad cuya aparatosidad superaba por lejos a la que se suele observar cuando presidentes de otros países o estrellas del rock visitan el Paraguay.
La voluntad personal del Ministro del Interior Euclides Acevedo (con más fama de operador masónico que de político) tiene mucho que ver para explicar la excesiva musculatura del dispositivo de seguridad que se puso a disposición de Ronaldinho. Esta curiosa mezcla de cápsula de seguridad extra large y bloco de carnaval bahiano que anunciaba a propios y extraños el paso del Rey de Europa y América por las calles de Asunción es -en sí misma- una contradicción, si ponemos en contexto las sigilosas razones que podrían explicar la tenencia de los pasaportes falsificados, nudo gordiano de esta historia.
Además del astro del fútbol, enfrentaban el fogoneo de los flashes fotográficos su hermano Roberto de Assis, Wilmondes Souza Lira a quien referían como manager de Ronaldinho y la presidenta de la fundación filantrópica Fraternidad Angelical, la empresaria Dalia López, que pasa por una metamorfosis aún más radical que la del futbolista: de la nada a la fama y de allí a estar bajo la lupa de organismos de Hacienda, Prevención de Lavado de Dinero y la Fiscalía. Y todo en poco más de tres días. A estas alturas, su imputación parece cuestión de horas.
Hagamos un recuento antes de seguir: fundación fantasma, empresaria fantasma y libro fantasma. Fantasmagórica gambeta de Dinho en territorio paraguayo.
Y aun faltaría la sorpresa que detonó el miércoles a la noche, cuando se informó escuetamente que una comitiva fiscal-policial había allanado la suite en la que se alojaba. Ronaldinho pasaba a ser una celebridad en aprietos y la autoridad determinó que quede detenido en la lujosa suite presidencial del Hotel del Yacht & Golf Club Paraguayo. La información cayó como un misil en medio de la transmisión de partidos de fútbol que se disputaban a esas horas. En un segundo, “la pelota” se fue de la cancha y obligó a los cronistas deportivos a correr a un campo inusual e incómodo, el de las noticias policiales y judiciales.
Al filo de la medianoche llegaron las primeras precisiones. Los interventores se incautaron de pasaportes y cédulas de identidad auténticas pero de contenido falso. La guinda de la torta? En el pasaporte incautado, Ronaldo de Assis Moreira era referido como “Paraguayo Naturalizado”. La sorpresa daba para ensayar el chiste de que por fin la alicaída Selección Paraguaya de Fútbol podría reclutar a un crack capaz de rescatarlo de sus penurias, pero antes de cambiar de casaca, el exBarça debía driblar a la justicia paraguaya.
El jueves empezó con un vendaval de memes en las redes sociales y con la fiscalía de delitos económicos dando una rueda de prensa con las primeras explicaciones formales del caso. Con el correr de las horas, el Fiscal Delfino, de cuestionada actuación en la unidad antisecuestro, dijo alternativamente (a) que Ronaldo y Roberto de Assis recibieron pasaportes y cédulas paraguayas de contenido falso a su ingreso a Paraguay, en el lapso en el que estuvieron en un salón VIP del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi y (b) que el crack y su hermano ya hicieron sus trámites migratorios de salida del territorio brasileño usando los documentos auténticos de contenido apócrifo. Luego se fue ganando visos de verdad la segunda versión, tras conocerse la versión del propio Ronaldinho de que fue Wilmondes Souza Lira quien les entregó en Rio de Janeiro dichos documentos, diciéndoles que “eran un obsequio” de sus anfitriones paraguayos. Ya con el consejo de afamados abogados locales, los hermanos admitieron la culpa de haber utilizado y portado documentos de contenido falso, buscando una salida procesal simplificada (que usualmente consiste en un juicio abreviado que, partiendo de la aceptación de la culpa, somete a los procesados a reglas menos gravosas).
Tras haber concurrido a la sede de la fiscalía en horas de la mañana (“sin esposas” y con funcionarios pidiéndole selfies, como hicieron notar algunos testigos), fue tomando cuerpo la idea –propulsada por el propio fiscal Delfino- de que era sensato, normal e inevitable que los hermanos De Assis Moreira sean beneficiados con una salida procesal alternativa. Mientras por un lado ya se anunciaba que dejarían territorio paraguayo a la noche o a la madrugada siguiente en vuelos comerciales, por otro lado se agravaba la situación de Wilmondes, sobre quien caía todo el peso de la ley, con graves pronósticos. Era parte de la misma trama pero, al no tener status estelar, cayó en el reverso de la moneda.
En la órbita política, una reacción encendió luces de alarma en cada despacho de quienes dirigían el operativo que conducía a la inminente liberación del ilustre visitante y de su hermano: el titular del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, el Senador Colorado Enrique Bacchetta anunció a través de la cuenta oficial de Twitter de dicho organismo, que ordenó la remisión urgente a su despacho de una copia de la carpeta fiscal con todo lo actuado en el “caso Ronaldinho”. La suma de discrecionalidades y la mirada diferenciada de fiscales y jueces hacia los investigados provocó la reacción del titular del Jurado, lo que acentuó la crítica que levantaba la temperatura en las redes sociales, donde millares de personas cuestionaban el trato preferencial dado a una persona que, allende su fama en el fútbol, claramente había incurrido en delitos que deberían haberlo puesto entre rejas desde el primer minuto.
El caldo de la sensacional historia fue haciéndose más espeso e indigesto con el correr de las horas pues, en medio de todo, se desató una guerra entre ex socios de casinos locales, uno de los cuales se despegaba de cualquier responsabilidad vinculada a la invitación a Ronaldinho a asistir como invitado y atracción especial a la inauguración de un nuevo casino llamado “Il Palazzo”, ubicado en el interior de un mall en la vecina ciudad de San Lorenzo. Los casinos son negocios fuertemente tutelados por pesos pesados de la política paraguaya. Por lo general, del gobernante Partido Colorado. Al mismo tiempo, crecía sin parar la infama de Dalia López, quien vio cómo en cuestión de horas su incipiente fama de empresaria multimillonaria y figura filantrópica se diluía en una envenenada alquimia que la iba convirtiendo casi en una nueva Reina del Sur. El viceministerio de Hacienda confirmó en conferencia de prensa que los negocios de Dalia estaban bajo la lupa, con presupuestos de contrabando, evasión y lavado de dinero. Mientras esta crónica se escribe, ya se impartió orden de captura contra la empresaria.
Entretanto, si la noche del miércoles fue mala para Ronaldo y Roberto de Assis, la del jueves fue peor. Ya instalados en el Sheraton de Asunción, muy cercano al aeropuerto, el siguiente viaje sin embargo lo llevó sin escalas directo a la cárcel VIP de la capital paraguaya, la sede de la Agrupación Especializada de la Policía, improvisado presidio que ya tuvo huéspedes de la talla de los narcos Marcelo Piloto y Jarvis Chiménes Pavâo.
Mientras la situación procesal del célebre deportista se complica minuto a minuto, se siguen tejiendo conjeturas en torno a la razón por la cual incurrió en la temeridad de utilizar un pasaporte falso. Una corriente de interpretación especula que Dinho contaba con una autorización judicial sólo para ir al Paraguay, país al que viajó usando inicialmente su pasaporte brasileño. Una vez en Paraguay, tras cumplir con un programa filantrópico que le habían inventado para la ocasión, burlaría el control de las autoridades brasileñas saliendo del país con el pasaporte paraguayo, aparentemente con rumbo a Dubái, donde debía cumplir con un contrato que lo obligaba a estar presente en un evento, a cambio de una jugosa paga en dólares. Una vez cumplido con el compromiso, volvería al Paraguay y de allí tomaría un vuelo a Brasil, utilizando de vuelta su pasaporte verdadero. Con ello, para los registros migratorios, sólo habría viajado al Paraguay. Es esa la razón? Quizás en el futuro alguna delación premiada lo confirme o lo desmienta.
Otras versiones apuntan a que la razón de ser de los documentos falsificados se funda en la necesidad del ex futbolista de colocar su dinero lejos de la avidez punitiva de la justicia y el fisco brasileño. Que con dichos documentos Ronaldinho abriría cuentas bancarias y haría cuantiosas inversiones en territorio paraguayo.
Con su futuro en la nebulosa, se abre para el legendario atleta un capítulo tan singular como inesperado. Ese tipo de cosas que te transforman profundamente porque te elevan o porque te quiebran. Ese tipo de cosas que a veces terminan en las páginas de un buen libro autobiográfico. Uno más real que “Un genio en la vida”, libro que al igual que la verdad esclarecida, sigue sin aparecer.
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